El salón de moda, calzado y complementos clausura su edición invernal con sentimientos encontrados. Entre los días 7 y 9 de febrero, Momad volvió a instalarse en el pabellón 8 del recinto ferial Ifema para celebrar su primera edición del año. Una vez más, la cita coincidió con la celebración en paralelo de los salones Intergift, Bisutex y Madridjoya, con el fin de generar sinergias intersectoriales y elevar la afluencia de público.
En esta ocasión,
el evento general reunió a más de 900 marcas y empresas, más 200 de ellas de
origen extranjero, pertenecientes al sector de la decoración, la moda, el
calzado, la bisutería, el regalo, la joyería o incluso la relojería. Más
concretamente, Momad acogió a 66 expositores internacionales, procedentes de
mercados como Italia, Francia o Grecia.
A falta de los
datos oficiales de afluencia, la responsable del evento, Julia González afirmó
un incremento en el número de visitantes frente a la última entrega de
septiembre. Sin embargo, prevé un ligero descenso de la afluencia respecto a la
edición de febrero de 2024. “En general, los expositores están bastante
contentos, por lo que el balance es positivo”, explicó la directora.
Muestra de ello es el testimonio de firmas como la empresa malagueña de
moda de baño Starlite, que en su primera participación en la feria gestionó una
buena cifra “tanto de contactos como de pedidos”, o la veterana Surkana, que
también registró un elevado número de pedidos en un stand prácticamente lleno
durante las tres jornadas. No obstante, los responsables de la firma con sede
en Barcelona quisieron resaltar la necesidad de que el salón genere un
ecosistema más óptimo para las empresas.
“Creemos que la feria debería tener una acción comercial más potente a la
hora de buscar marcas que nos levanten un poco el nivel”, confesó Andreu Sala,
Area Manager de Surkana, lamentando que “por desgracia es la única feria que
queda hoy en España y es una pena que no atraiga a más clientes”. Desde la
marca, achacan la ausencia de grandes actores españoles de referencia de la
moda a la escasa rentabilidad que genera la feria, debido a los altos costes de
participación frente al bajo atractivo visual que ofrece para los clientes.
Sala concluyó afirmando: “Estamos contentos porque estamos trabajando mucho y
seguiremos viniendo a la feria, pero es una pena no poder aprovechar el
potencial que tiene”.
Por otro lado, la cita contó con un variado programa de ponencias y
actividades. Este año, el evento presentó una exposición dedicada a la moda
flamenca y los bolsos de piel de Ubrique, destinada a poner de relieve el
diseño artesanal andaluz, así como la muestra Talent Lab – Fashion Students
Showcase 2024, organizada por los alumnos del Centro Superior de Diseño de
Moda-Universidad Politécnica de Madrid. En cuanto al foro de contenidos, el
espacio de la pasarela también acogió una serie de charlas dedicadas a
temáticas como la inclusión en la moda, la dinamización de los puntos de venta
a través de eventos en tienda o la importancia del escaparatismo y el visual
merchandising.
La sostenibilidad continúa en el foco de la estrategia
Una de las grandes novedades de la edición fue la iniciativa Boutique
Consciente, un espacio que exhibió una selección de objetos y prendas de
carácter eco-responsable pertenecientes a marcas expositoras, con el objetivo
de poner de manifiesto la importancia de la sostenibilidad y ejercer una labor
educativa. A pesar de ser una de las grandes apuestas de la edición, con la
previsión de darle incluso un mayor protagonismo en futuras entregas y extender
el proyecto al resto de ferias, algunos expositores opinaron que el proyecto
podría ir un paso más allá.
Es el caso de la firma gallega Alba Conde,
otra de las veteranas del salón tras su primera participación hace más de 20
años. Según explicaron los responsables de la marca, se trata de “una
iniciativa positiva que no está bien ejecutada”, ya que no resulta fácil para
el público general entender la propuesta. “Es una idea muy buena, pero con una
mala puesta en escena para tratarse de una feria de moda”, concluyeron.
Otro de los platos fuertes del acontecimiento fue su habitual selección de
desfiles. A lo largo de los dos primeros días, se dieron cita sobre la pasarela
firmas como Dolcezza, el colectivo Málaga de Moda o la colombiana Faride, que
en esta edición desfiló por cuarta vez en Momad. “Me parece importante que las
prendas se vean puestas”, afirmó la consejera delegada de Faride, Pamela
Acosta, destacando además que la participación en la pasarela “posiciona a la
marca en un buen lugar” ante su clientela en Colombia.
En esta ocasión, la organización también apostó por la diversificación de
contenidos, con la celebración de un desfile de carácter inclusivo o uno de
moda flamenca, un sector “cada vez más fusionado con la moda de evento”, en
palabras de González.
De cara a la próxima edición de septiembre, la organización está estudiando
un cambio de ubicación para alguna de las ferias. “Vemos que la sinergia entre
Bisutex y Momad es cada vez mayor, igual que ha pasado con Who’s Next y
Bijhorca”, explicó la responsable del salón, manifestando que, aunque
consideran que cada feria debe tener su propia identidad, para la próxima
entrega van a acercar esos pabellones. De este modo, Momad se trasladará al
pabellón 10 y Bisutex estará instalado en el pabellón 8. Con esta disposición,
el espacio dedicado a la joyería MadridJoya no solo no estará en medio de ambos
salones, sino que contará con un pabellón de mayor superficie para dar cabida a
un número mayor de expositores.
Asimismo, en la próxima cita veraniega, la feria continuará apostando por
la diversidad de contenido, impulsando su proyecto Boutique Consciente y
proponiendo contenidos en pasarela y ponencias de carácter educativo e
inclusivo.
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